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Viernes, 13 de mayo de 2011   |  Número 8 Año I
el pulso
La de Sevilla la dirige el Dr. Tomás Calero y la de Madrid, el Dr. Juan Antonio Corbalán
Hospitales Nisa abre dos unidades de Medicina del Deporte
Su objetivo es prevenir enfermedades cardiovasculares, ayudar a los que quieran iniciar sin riesgos una actividad física y también a los deportistas profesionales para prevenir situaciones de riesgo

Tomás Calero.

Redacción. Madrid
La Unidad que el Dr. Corbalán dirige en el Hospital Nisa de Madrid pretende, junto a la Medicina Interna, detectar la enfermedad preexistente asintomática y hacer de la actividad física, correctamente programada, un elemento coadyuvante de primer orden de los tratamientos farmacológicos convencionales, para conseguir, de esta forma, que los pacientes no disminuyan su capacidad funcional por culpa del sedentarismo o por los efectos secundarios directos o indirectos de una enfermedad.

Al tiempo, cualquier aficionado se puede servir de ella para mejorar su rendimiento deportivo. Un objetivo que también persigue la Unidad de Medicina del Deporte abierta en el hospital de Sevilla y que dirige el Dr. Tomás Calero, médico del Betis desde hace 20 años. Se trata, en definitiva, de encontrar el nivel actual de forma del paciente con una base científica para saber dónde está su límite. “La Unidad va dirigida-explica el Dr. Calero - a cualquier persona que haga o quiera iniciar o valorar si su actividad deportiva es la idónea para sus condiciones físicas, así como para tratar y prevenir cualquier patología ligada al deporte”.

Para ello, el paciente es sometido en las dos unidades a un estudio inicial -entrevista clínica, exploración, pruebas diagnósticas, etc.- que permitirá conocer su riego cardiovascular y su capacidad para la práctica deportiva. Los resultados sirven para que el equipo médico aconseje qué tipo de deporte es el ideal para su caso.

Juan Antonio Corbalán.

El estudio es, según el Dr. Corbalán, “un buen método para conseguir que la actividad física se haga de forma segura, minimizando el riesgo de sufrir episodios no deseables que pongan en peligro nuestra salud”. Aún así, matiza que” no nos da un 100% de exclusión de riesgo”.

“Si todas las personas que van a hacer deporte de cierta intensidad-añade- se sometieran a un examen médico preventivo, con sólo la historia clínica, una analítica sanguínea y de orina y un electrocardiograma (ECG) se podrían despistar muchas de las patologías peligrosas y controlar otras para hacerlas compatibles con dicha actividad. Sin embargo la naturaleza de estas enfermedades hace que a veces el primer síntoma sea la muerte súbita” asegura el Dr. Corbalán.

Por su parte, el Dr. Calero, director de la Unidad de Medicina del Deporte del Hospital Nisa de Sevilla, aconseja hacerse también una ecocardiografía y test músculo-tendinosos.

Existen síntomas que deben alertar de que se está yendo por encima de las posibilidades que uno puede asumir: cansancio extremo, mareo o pérdida de conciencia, dolor en el pecho, molestias articulares, alteraciones del sueño reparador, palpitaciones, alteraciones del comportamiento, lesiones por sobrecarga o ansiedad.

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